La rosa azul
Tu mano suavemente se desliza
acariciando, tierna, mis cabellos.
Se detiene entibiándose en mi
cuello
duda un momento y sigue... ya
sin prisa.
Parta el velo que mi pecho
cubre
y temblorosa emprende la
conquista,
llega a la cumbre... sin piedad la
excita...
y ante tanta pasión ella sucumbe.
Y al alejarse, dulce y misteriosa,
se rebela mi piel ante la ausencia
y te busca mi mano entre las
sombras.
El sueño desvanece... y silenciosa
la luz me muestra que de tu
presencia
quedo una roza azul.
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