Vivir juntos, casarse, tener hijos o cualquier cambio en una pareja no tiene que ser paralizante.
- Sí, llegó ese momento de su relación en la que se paró frente al espejo y se dijo: ‘No quiero ser su novia toda la vida’. Cuando uno de los dos busca pasar a ‘una próxima etapa’, ya sea mudarse juntos, comprometerse, casarse o emprender un proyecto que implique cambios radicales, es normal que surjan miedos e inseguridades que, de ser mal gestionados, pueden llevar a terminar la relación. Peor aún: pueden construir una dinámica tóxica de pareja.
- Si se siente identificado con esta situación, ¡no desespere! Dos expertas en terapias de pareja le dan estos consejos para dar un paso ‘más allá’ en su relación de forma efectiva.
- 1. Analice cuáles son las expectativas
- Tanto usted como su pareja deben tener sus expectativas claras y estar atentos a si cambian o no. “La mayoría de los conflictos de pareja vienen de expectativas no cumplidas, pero, sobre todo, de descubrir otras que no habían sido comunicadas”, explica María Elena López, psicóloga de familia y pareja y autora del libro Inteligencia en pareja.
- Desde cómo espera ser tratado cada uno por el otro, lo que se desea en general de la relación, quién hará el desayuno o quién se encargará de pagar los servicios del hogar hasta temas más profundos, como el afecto, la sexualidad, si serán monógamos o no, si buscan tener hijos y cuándo... En fin: los rangos de expectativas deben definirse lo más específicamente posible. Por eso analizarlas es el primer paso para establecer cualquier relación comprometida.
- Como dice López: “En gran medida nos desilusionamos o nos sentimos satisfechos con la vida en común, dependiendo de qué tanto coincide lo que está sucediendo con lo que esperamos o con lo que pensamos que debería ocurrir. Las expectativas pueden conducir a una desilusión y una frustración completa o a una conexión más profunda y mayor intimidad entre los dos”.
- 2. No guarde silencio
- Cuando una persona se siente atascada en una relación que pareciera no evolucionar, uno de los errores más comunes que comete es guardar y sufrir el silencio.
- Esto genera, según Nelly Rojas, terapeuta de parejas, que durante encuentros problemáticos se generen “estallidos” en los que se le echa la culpa del malestar propio a la otra persona. También es común desviar constantemente el problema.
- De hecho, para Rojas, la falta de una conversación efectiva es el problema fundamental de cualquier pareja en cualquier momento de su relación.
- “Conversar es supremamente importante porque allí es donde se va a evidenciar cómo van a manejar las esferas que conforman una relación romántica: el afecto, el sexo, la comunicación y el dinero”, explica ella.
- Por ejemplo, si una pareja quiere mudarse bajo un mismo techo, probablemente ambos tendrán que discutir cómo afectará eso la dimensión económica y material, además de la afectiva.
- Si quieren abrir la relación, sacarán a colación también la dimensión sexual y la afectiva. “Si una de estas esferas no se trata, puede que la relación quede en desequilibrio y genere más conflictos”, advierte la terapeuta.
- Lo fundamental es que a la hora de conversar hay que estar abierto a la aceptación de la diferencia; entender que vivir en pareja no es equivalente a exigir que ambos piensen de la misma manera frente a una situación.
- “La mayoría de las parejas no han sido educadas para eso ni en su casa ni en el colegio, entonces se genera una pelea por tener razón, peleas basadas en la intolerancia y la falta de empatía”, explica Nelly Rojas.
- 3. Identifique por qué se siente estancado
- Quizás se pregunte qué tan pronto debería una persona evocar el tema del “estancamiento” a su pareja. ¿No se verá muy intenso hablar tanto de tantas preocupaciones?
- Todas las relaciones tienen sus propios patrones de comunicación, explica María Elena López, pero es aún más importante hablar de esto cuando uno de los dos siente que es un asunto que podría atraer conflicto o que esté vedado de alguna forma.
- La experta dice que, en su experiencia como terapeuta, ha visto que otras situaciones idóneas para traer la discusión a colación son si lo que están viviendo no está en correspondencia con las metas que tiene en mente, si siente que vive en monotonía, aburrida, o si siente que tiene una relación “fraternal” en vez de romántica.
- 4. Sea su propia prioridad
- Asuma la necesidad de un cambio con honestidad, atienda sus sentimientos y reconozca cuáles son sus propios límites. “Cada uno debe trabajar su autoestima antes de comprometerse a dar un paso importante”, dice la terapeuta Nelly Rojas, quien lleva 35 años trabajando en relaciones de pareja.
- Fortalecer su autoestima evitará posibles manipulaciones de su pareja y que se deje imponer expectativas irreales respecto a dar un próximo paso.
- Ojo: nunca pase a una etapa más comprometida de una relación si no ha resuelto problemas que podría trasladar a su vida de pareja.
- El arreglo no es refugiarse en un cambio, ni siquiera en situaciones tan delicadas como una depresión. Así lo demostró un estudio publicado en la revista Pscyhology Today que invita a no confundir “el efecto luna de miel” (una felicidad temporal que viene con una nueva unión o casamiento) con una resolución de problemas personales.
- Por ejemplo, “los problemas de vínculos entre padres e hijos o las culpas no sanadas de relaciones románticas anteriores, de no ser resueltos, suelen trasladarse a conflictos que se reflejan en la vida de pareja”, añade Rojas.
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- 5. Piérdale el miedo a perder
- La idea no es evitar problemas durante los cambios que pueda pasar una pareja, sino enfrentarlos a tiempo y con sinceridad.
- Por eso trate de no dejarse llevar por el miedo a que termine la relación si usted cree, por alguna razón, que las peticiones que quiera hacerle a su pareja pueden perjudicarlos en este sentido.
- En este tipo de procesos, tener empatía con el otro y darles validez a sus reclamos es clave para no exigir situaciones irreales, independientemente del resultado de la transición que usted quiera llevar a cabo.
- “De otro modo, forzar situaciones que no funcionan o se consideran perjudiciales tanto para usted como su pareja es una forma de manipulación que se manifestará en otro tipo de frustraciones más problemáticas a largo plazo”, explica Rojas.
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